Acosado por el caso Bárcenas, el Gobierno da un paso más contra la corrupción. Con la nueva ley los partidos políticos no podrán recibir donaciones de empresas privadas. Hasta ahora, las formaciones podían recibir donaciones con un límite de 100.000 euros anuales.
Pero el Ejecutivo ha decidido eliminar por completo esta posiblidad y dejar las aportaciones generosas en manos de particulares. Los bancos tampoco podrán perdonar deuda a los partidos políticos.
El Gobierno quiere que las formaciones políticas sean más transparentes y por eso, a partir de ahora, todos los grupos tendrán que presentar su contabilidad ante el Tribunal de Cuentas.
Quienes no lo hagan, no podrán recibir subvenciones y para recibirlas deberán estar al corriente de sus obligaciones tributarias. Aumenta la supervisión y se regula la figura del tesorero del partido, que deberá rendir cuentas en el parlamento cada año.
Medidas con las que el ejecutivo pretende evitar escándalos de corrupción tan sonados como el que salpica al núcleo de su propio partido.