Durante el homenaje a las víctimas de los atentados del 11M no había ni un banco vacío en la catedral de la Almudena de Madrid. Estuvieron presentes todas la autoridades, Casa Real, Gobierno, Senado y alcaldes. Sin embargo, no asistieron los dos expresidentes que más de cerca vivieron la tragedia, Zapatero y Aznar.

Su ausencia se debió a que nadie les dijo que fueran, pero la Fundación de Víctimas del Terrorismo, organizadores de la misa, afirma quen o hacía falta invitación. Así lo ha hecho saber en un comunicado: "lamenamos si algunas personas no han llegado a acompañarnos por considerar necesaria una comunicación personal para asistir a la misa que, por no tener carácter oficial, ha estado abierta a todo el público".

El Gobierno, no obstante, habla de fallo. La vicepresidenta, portavoz y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, ha expresado ante los medios de comunicación que "puede haber algún tipo de error que no es intencionado".

Sin embargo, otro ministro, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, apostilla, pudo ir todo el mundo, "cualquier otra persona que manifestó interés en asistir, asistió", ha expresado en los pasillos del Congreso de los Diputados. Ejemplo de ello es Esperanza Aguirre, que no ocupa ningún cargo institucional actualmente, tras dejar la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Desde el PSOE, Eduardo Madina, ha dicho que "la decisión de los invitados la decide quien organiza" y ha matizado que si él hubiera sido el responsable "hubiera invitado a todos los expresidentes del Gobierno".

De esta manera, hubieran podido escuchar las palabras de Rouco Varela que, desde el púlpito aprovechó para alimentar las teorías de la conspiración. Dicen que fue el único que empañó el día de la unidad.