A los ministros, este sábado les ha tocado madrugar. El punto de encuentro a primera hora de la mañana ha sido La Moncloa, donde les esperaba el autocar que les ha llevado a la finca de Quintos de Mora, en Toledo, a unos 160 kilómetros de Madrid.

Las primeras en llegar, por su cuenta, han sido Margarita Robles e Irene Montero. Pedro Sánchez ha llegado en su coche oficial, y minutos después, han llegado los ministros que, quizás por aquello de ir rompiendo el hielo, hablaban del tiempo.

Y ese es el motivo por el que están allí: porque no se conocen y es necesario estrechar lazos entre miembros de un Ejecutivo, el primero en democracia formado por dos partidos, y esto requiere coordinación, darse a conocer entre nuevos compañeros de trabajo y, sobre todo, limar viejas asperezas entre el PSOE y Podemos.

Hay que planificar los próximos tres meses a las puertas de que la ministra de Hacienda presente los nuevos presupuestos. En palabras de Pedro Sánchez, "abordar las grandes transformaciones que España necesita, la estabilidad presupuestaria y la agenda legislativa". Esto es hablar de economía, transición ecológica, igualdad o cohesión territorial y de cómo sus intenciones se convertirán en iniciativas legislativas en el Congreso en un encuentro informal del Gobierno tras un primer mes de rodaje.