La decisión sobre el futuro de Monago está en manos de cinco diputados: los tres de Izquierda Unida y los dos de la coalición regionalista. Porque con la actual composición del Parlamento extremeño, ellos sumarían los apoyos que necesita el partido socialista para que la moción de censura prospere.

La anunciaba el pasado miércoles el líder del PSOE en Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Sus argumentos: el empobrecimiento de la comunidad, el elevado número de desempleados, o la negativa de Monago ante sus múltiples propuestas de colaboración.

Pero para el presidente la moción solo tiene fines electoralistas: “A usted le importan un pimiento los extremeños”. Una visión que también parece compartir Cayo Lara: “Tiene pinta de que se ha hecho en plan electoralista”.

Desde Génova, los populares reaccionaron pidiendo la intervención de Rubalcaba. Tachan la moción de irresponsable, y de obstáculo para la recuperación de la comunidad extremeña. La incógnita no se despejará hasta el próximo miércoles, cuando Izquierda Unida y los regionalistas muestren sus cartas en el Parlamento de Extremadura.