Francisco Vieira ha llegado puntual, pero sin ganas de hablar con la prensa. A sus compañeros del Consejo General del Poder Judicial sí tendrá que explicarles cómo y por qué él y otros jueces compañeros cobraron de Indra por asesorar en la creación de un programa informático para agilizar la Justicia.

La primera duda, si esas actividades son compatibles con el trabajo del juez. Joaquim Bosch cree que "en apariencia" son compatibles, pero tiene dudas sobre la gestión de la Comunidad de Madrid, derivando a una empresa privada los pagos a los jueces y secretarios.

Los jueces afectados, elegidos precisamente por Vieira, tienen que explicar también por qué no pidieron permiso al Consejo. Entienden que el presidente del TSJ de Madrid ya debería saber que una colaboración compatible sin permiso puede suponer una infracción grave.