En su tercer día de declaración, Francisco Correa tenía claro a quien no iba a responder, y es que todas las defensas se han quedado sin respuesta, aunque el cabecilla de la Gürtel ha mandado a su abogado que apuntara las preguntas para luego respondérselas sólo a él, a su gusto.

Y el primer misil apuntaba a Bárcenas: era un avaricioso en el reparto de comisiones. "El señor Bárcenas algunas decidía compartir y compartía, pero otras muchas se las quedaba para él", declara Correa.

Y cuando iba a entregarle el dinero a Génova entraba con acceso privilegiado, porque según explica, su tarjeta de acceso era la misma que la que tenían los miembros de la ejecutiva del Partido Popular.

Correa sitúa a Bárcenas en el centro de la diana, pero exculpa al expresidente Aznar, al que sí conocía: "Trabajaba para él continuamente, y cuando coincidíamos nos mirábamos y sonreíamos". Han sido las últimas palabras de Francisco Correa en el juicio de la Gürtel.