La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha propuesto a la Mesa de la Cámara un protocolo con pautas para casos de errores en votaciones públicas por llamamientos en el Congreso de los Diputados. El objetivo es el de evitar en el futuro controversias como la ocurrida el pasado viernes con un diputado de Junts que dijo 'sí', para decir luego 'no' en la investidura fallida de Alberto Nuñez Feijóo. Finalmente, su voto se computó como 'nulo'.

Fue una situación que provocó un retraso en el recuento de los votos porque mientras que el PP se negaba a computar como 'no' el voto de Pujol, recalcando que la jurisprudencia del Constitucional establece que el voto es "irrevocable", en el PSOE no aceptaban la exigencia de los 'populares' de dar por bueno el 'sí' porque Pujol rectificó sobre la marcha.

Ante esta situación, Armengol acabó declarando nulo el voto del independentista catalán. Por este motivo, Armengol ha entregado este martes a todos los miembros de la Mesa un escrito para fijar un criterio interpretativo ante estas situaciones. La idea, según recalcaron a Europa Press fuentes parlamentarias, es que pueda ser ratificado la próxima semana con las aportaciones que quieran PP y Sumar.

En aras de garantizar la seguridad jurídica y de proteger el derecho fundamental de voto de los diputados, Armengol manifiesta en dicho escrito que en caso de error en el sentido del voto expresado de viva voz, el diputado podrá corregirlo, siempre y cuando lo haga "de manera inmediata y sin solución de continuidad".

Y añade que, advertida esta circunstancia, el secretario encargado en ese momento de repetir el voto interrumpirá el llamamiento y solicitará al diputado que exprese nuevamente el sentido del voto, "considerándose entonces el voto definitivo y válidamente emitido".

La presidenta pauta este criterio porque el artículo 86 del Reglamento, que recoge cómo son las votaciones públicas por llamamiento, no establece cómo ha de procederse en caso de un error corregido en segundos, y porque "nunca antes hasta ahora" esta práctica había sido objeto de contestación.

Y es que la presidenta sostiene que, hasta la fecha, "siempre" se había permitido que, en este tipo de votaciones de viva voz, el diputado pudiera corregir su voto de forma inmediata en el caso de haberse equivocado. En el caso de Pujol, el diputado no hizo amago de pedir rectificación a la Mesa, sino que se quedó en su escaño riendo con sus compañeros por el error.