Carme Forcadell quería ir a la Zarzuela para comunicarle la investidura de Puigdemont y de paso explicarle la situacion en Cataluña a Felipe VI. "Es muy difícil obligar a los ciudadanos de un país a que formen parte de un Estado que no les representa", afirma la presidenta del Parlament.

Sin embargo, Felipe VI ha evitado recibir personalmente a la presidenta del parlament, y ha despachado el tramite por correo electrónico, un gesto suficiente para el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, pero que no ha gustado a los independentistas.

Jordi Turull, portavoz de Junts pel Sí, cree que se está "despreciando al Parlament de Cataluña y al pueblo de Cataluña". Por su parte, Gabriel Rufián, el diputado de ERC que recogía el acta en el Congreso, le quita importancia al desplante, asegurando que ese no es su rey.

Los socialistas no ven el gesto del rey como una ofensa, pero ellos no lo hubieran hecho. Desaire a los que entran y ningún reconocimieno al que se va. El BOE ha publicado el cese de Artur Mas sin agradecerle los servicios prestados, fórmula que se usa con todos los dirigentes autonómicos, incluso se hizo con Ibarretxe.

Mientras, en Barcelona, todo se prepara para la toma de posesión de Puigdemont, en la que podría usar el imperativo legal y a la que Fernández Díaz acudirá en representación del Gobierno.