El juez se lo ha reservado como último plato, sólo se ha visto a Alfonso Rus un instante en la comandancia y luego camino de los juzgados. Allí espera que llegue su turno, mientras continúa el goteo de investigados, que recuperan de momento su libertad.
Algunos salían de buen humor, pero otros, como la que fuera mano derecha de Rita Barberá, Mari Carmen García Fuster, no podían ocultar su quebranto. Tras los primeros interrogatorios, juez y fiscal creen que existía una trama para financiar ilegalmente al PP en la Comunidad Valenciana.
La vitamina financiera llegaba gracias a comisiones que rondaban la cifra ya tristemente habitual, un tres. La Justicia señala al PP regional y justo el PP se hace el agraviado y anuncia medidas legales. Isabel Bonig, presidenta de la formación regional, ha afirmado que van a "reclamar por los daños causados al PP a todos aquellos que sean condenados en virtud de sentencia judicial firme por delitos de corrupción".
En Al Rojo Vivo, Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, ha afirmado: "Estas cosas ya las sabían los dirigentes del PP y sin la Justicia no habría pasado nada". Se estima que en Imelsa se pudieron desviar 100 millones pero había más negocios con los que blanquear. Se sospecha que se usó el Olímpic de Xàtiva como lavadora de dinero, al igual que pudo hacerse con infinidad de negocios.
ALFONSO RUS, A DISPOSICIÓN JUDICIAL