Le habían advertido: si no iba al juzgado, le detendrían y tras intentar posponerlo 11 veces, el exlíder minero ha hecho acto de presencia. Ayudado por un bastón, con dificultades para andar y flanqueado por su abogada y por su mujer ha mostrado una imagen de fragilidad que, según un neurólogo, habría exagerado para retrasar su comparecencia.

Fernández Villa ha declarado después que el SOMA-UGT presentara en septiembre de 2015 una querella contra el exlíder sindical reclamándole la devolución de 360.000 euros, ampliados después hasta 420.000, en concepto de gastos sin justificar así como por la apropiación de dietas de asistencia destinadas a los miembros del sindicato por asistir a reuniones del comité intercentros de Hunosa.

La declaración de Fernández Villa se ha practicado tras once recursos presentados por su defensa, todos ellos desestimados, y catorce meses después desde que fuera citado por primera vez.

Fernández Villa había sido citado de nuevo con el apercibimiento de que, si no lo hacía, podría dictarse una orden de detención, después de que un neurólogo designado por el juzgado para realizar el examen del estado mental del exlíder sindical ratificara que estaba en condiciones de someterse a un interrogatorio.

El exlíder sindical minero ha declarado durante más de una hora ante la magistrada titular del Juzgado, aunque sólo ha respondido a las preguntas de su abogada para rechazar haberse llevado dinero y negar que su firma fuera la estampada en algunos cheques y transferencias que le han sido mostradas.