"Fue un intento
claro de alterar la voluntad popular" en las elecciones del 26 de junio
del año pasado y por eso las grabaciones se difundieron en plena campaña
electoral, ha subrayado Fernández Díaz en su comparecencia ante la comisión del
Congreso que investiga el supuesto uso partidista de los medios de Interior
para perseguir a políticos soberanistas.
Y ha sido tajante al
señalar que quien las grabó o difundió, lo hizo "con evidente intención de
perjudicarme a mí como político y al partido al que yo representaba como cabeza
de lista por Barcelona", a la vez que ha lamentado que vaya a sentar un
precedente que se persiga a las víctimas y no a los autores materiales e
intelectuales.
Sobre esos autores,
Fernández Díaz ha apuntado que "tiene idea" de quién pudo ser, pero
que no acudía a la comisión a dar opiniones, tras lo cual ha explicado que
diferencia "tres actos" en lo sucedido: la grabación, la custodia y
la difusión.
Unas grabaciones, que ha
calificado de "ilícitas", de unas conversaciones
"privadas", y cuya filtración para alterar los resultados de unas
elecciones generales son "la única y verdadera conspiración". El
extitular de Interior ha explicado que tuvo dos únicos encuentros en su
despacho con De Alfonso, el 2 y el 16 de octubre de 2014 y fue en "en
plena campaña electoral", veinte meses después de esas citas, cuando se
fueron transmitiendo fragmentos "descontextualizados" de las
conversaciones mantenidas.
Unos encuentros que, ha
insistido en varias ocasiones, él no pidió, sino que le fueron propuestos por
el exdirector adjunto operativo de la Policía Eugenio Pino, al que ha rebatido
que en su despacho se grabara "todo", tal y como el exmando policial
afirmó en una entrevista.
Al inicio de su
intervención ha agradecido a los diputados su "compresión" por la
situación personal que está atravesando y, aunque hubiera deseado que no se
creara la comisión, también hubiera querido no haber tenido ningún obstáculo
(en alusión a su enfermedad) para haber acudido antes.