Felipe González y José María Aznar, cada uno a su estilo, se han pronunciado en contra de la Mesa de Diálogo iniciada por Sánchez con la Generalitat catalana.

González, en su análisis durante el debate inaugural del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil "Repensar España", ha señalado que ve esta mesa como una "performance" de cara a las elecciones catalanas en la que no ha pasado "nada formalmente".

El expresidente socialista ha afirmado que aunque le parece "bien" que se dialogue, ha puesto límites a este diálogo, como el de la autodeterminación. Así, ha expresado que tiene claro que "no hay espacio para la amnistía ni la autodeterminación" y ha asegurado que si a alguien se le ocurre reformar la Constitución para darle cabida a esta última figura él hará "campaña en contra" y votará en contra.

Durante su intervención, González ha instado a "desdramatizar" la negociación y ha repetido en varias ocasiones que es necesario "sacarse el cuchillo de la boca" para entenderse en política y ha acusado a todos los representantes políticos de que "no se les oye hablar, sino solo el silbido de la navaja" por lo que ha instado a dejarla a un lado y "reflexionar".

"Un hecho devastador" para Aznar

Por su parte, José María Aznar ha advertido sobre la mesa de diálogo con Cataluña como un "hecho devastador" que tendrá "graves consecuencias".

Para Aznar la situación es mucho más negra y ha llegado a decir que se siente "ciertamente angustiado como ciudadano" por lo que está viendo políticamente. Frente a un González que ha instado a huir del "ombliguismo" y ha enmarcado la situación española en la del entorno internacional, Aznar cree que España tiene un "problema doméstico" específico ya que "el pacto constitucional ha sido roto" por la reunión que se produjo este miércoles entre el Gobierno y la Generalitat.

Más allá de que haya o no acuerdo en este foro, considera que "las formas son esenciales" y ha criticado el hecho de que se haya producido en la sede del Gobierno, en la Moncloa.

En lo que sí han coincidido los dos expresidentes es en la necesidad de penar la "deslealtad" institucional con mayor dureza. Ambos han reclamado que se penalice con más dureza a nivel político la deslealtad, incluso a través de una reforma constitucional si fuese necesario aunque solo "si se dan las condiciones para hacerla", según Aznar.