Lejos de retractarse, el secretario general de VOX, Javier Ortega Smith, ha reiterado sus polémicas palabras sobre las Trece Rosas. Según el líder de ultraderecha, las Trece Rosas eran violadoras, asesinas y torturadoras: "Sabe usted cómo se ha mentido en la historia hablando de algunas que llamaban las Trece Rosas y resulta que lo que hacían era torturar, violar y asesinar vilmente", dijo.

Willy Meyer, presidente de la Asociación Marcos Ana, ha anunciado en Al Rojo Vivo que las familias de las Trece Rosas emprenderán acciones legales contra el número dos de Vox por un delito de difamación e injurias graves.

"El Estado tendría que actuar contra el señor Ortega Smith y perseguir de oficio este tipo de actuaciones", asegura Meyer, que acusa al Ortega Smith de recoger "lo más sucio de la historia de España".

La verdad de las Trece Rosas

Las Trece Rosas no fueron torturadoras ni violadoras, como ha asegurado Javier Ortega Smith, ni tan siquiera a ojos del tribunal franquista que las sentenció a muerte.

El secretario general de Vox ha acusado a estas 13 jóvenes, fusiladas por el franquismo en agosto de 1939, cuando tenían entre 18 y 29 años, de "torturar, violar y asesinar vilmente", así como de cometer "crímenes brutales".

Sin embargo, la sentencia en la que el Consejo de Guerra las condenó a muerte, recuperada por Newtral, no menciona ninguno de esos supuestos crímenesque el dirigente de la formación de extrema derecha les atribuye.

En realidad, el 3 de agosto de 1939, 56 personas, entre ellas las Trece Rosas, fueron condenadas a muerte por el Consejo de Guerra, acusadas de un supuesto "delito de adhesión a la rebelión".

Según el fallo de ese tribunal franquista, "tenían por misión hacer fracasar las instrucciones político-jurídicas de nuestro estado Nacional" y pretendían "organizarse nuevamente y poder actuar en todas aquellas misiones que pudieran producir aquellos actos delictivos que vulnerasen el orden social y jurídico de la Nueva España".

En ningún momento se hace referencia a una violación o tortura, como ha esgrimido Ortega Smith.