Más de la mitad de las plazas destinadas a médicos en las prisiones y Centros de Inserción Social (CIS) de España, un 62%, están sin cubrir. Así lo ha denunciado el sindicato CSIF, que destaca además las grandes carencias sanitarias existentes en materia de salud mental en los centros penitenciarios.

En concreto, el sindicato denuncia que hay 301 vacantes de las 485 plazas que gestiona el Ministerio del Interior, y en muchas de ellas solo hay un facultativo para toda la prisión, como en el penitenciario de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) o en el de Zuera (Zaragoza) según los datos que han recogido del propio ministerio.

Unos datos que puedes ver en la tabla siguiente y que reflejan incluso que hay prisiones en las que no hay ninguna plaza cubierta, como en los centros de Cáceres o Ávila. En estos centros, la atención sanitaria del día a día se cubre con profesionales de enefermería, con servicios externalizados, o incluso con "telemedicina", apuntan desde CSIF.

CSIF pone el foco en los graves problemas de salud mental que hay en estos momentos, que aseguran que "no se está cuidando": "Estamos notando un repunte considerable de internos con patológicas mentales y psiquiátricas", apuntan Sergio García, delegado de CSIF Prisiones en Valdemoro y Estremera.

García destaca especialmente la necesidad acuciante de tener médicos en centros como Alicante y Sevilla, convertidos en psiquiátricos.

"Los funcionarios de prisiones no estamos preparados para tratar con internos de estas patologías y las cárceles tampoco están preparadas para albergar y cuidar a estos perfiles tan complejos", añade.

Menos médicos, más problemas de seguridad

Estas carencias de atención sanitaria no solo tienen repercusiones en la salud de los presos, sino que repercuten en la seguridad del centro penitenciario, según CSIF: "Las últimas agresiones a funcionarios han sido protagonizadas por internos con problemas mentales y a día de hoy tampoco tenemos la condición Agente de la Autoridad", apunta García.

Además, se necesitan sobre todo especialistas psiquiátricos, apunta Jorge Vilas, responsable de CSIF Prisiones: "La atención sanitaria es muy deficiente en general, pero muchos de estos reclusos tienen problemas de adicciones y no hay médicos; si no tienen la medicación adecuada, los incidentes se reproducen", explica.

Es más, al no haber médicos que certifiquen los tratamientos y hagan seguimiento de los internos, muchos no pueden cumplir sanciones o entrar en unidades de aislamiento. Un preso que está dentro de protocolo de suicidios no puede entrar en aislamiento, por lo que esas sanciones "se quedan sin cumplir", apunta Vilas. Esto tiene una consecuencia en la convivencia del centro, porque "se sienten impunes".

Para solucionar este problema, que aseguran que conocen tanto el Gobierno central como las comunidades autónomas, los funcionarios de prisiones piden que se transfieran las competencias sanitarias de las prisiones a las consejerías de salud autonómicas, como se acaba de hacer en País Vasco y Navarra donde, en este último caso, sí están cubiertas las 3 plazas de médicos existentes de la prisión de Pamplona I.