Pasar o no de fase se decide atendiendo a criterios puramente sanitarios. Así lo explicó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, en una comparecencia que ofreció con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para detallar qué indicadores se han tenido en cuenta para decidir qué provincia o territorio pasan a fase 1.

Una serie de criterios que, según ha dicho, son obligatorios: "Los que permiten dar una respuesta en que haya un proceso agudo como en los últimos meses: el número de camas por cada 100.000 y el de pacientes en estado agudo". Y añadió: "Si no se cumplían unos umbrales, no se pasaba a discutir la solicitud". También mencionó los criterios de gravedad que hacen referencia al número de casos en cuidados intensivos en los últimos siete días, la ocupación de las UCI y al número de pacientes fallecidos en ese periodo.

En cuanto al contagio, se refirió al número de reproducción de contactos durante el periodo de incubación y al número total de casos detectados por PCR, por fecha de síntomas y de notificación, la incidencia acumulada en los últimos 14 días, los casos sospechosos y el porcentaje de casos sospechosos en atención primaria a los que se realiza una prueba PCR.

También señaló que se tuvo en cuenta la capacidad de la atención primaria para hacer una detección precoz, la capacidad de hacer PCR en todos los sospechosos. Así, se debían disponer de los protocolos para hacer un seguimiento adecuado, "tanto recursos humanos como las herramientas informáticas adecuadas para que sea lo más eficaz posible".

Por su parte, el ministro de Sanidad insistió en que "esto no es una carrera" y destacó que si bien los responsables autonómicos han manifestado sus deseos de pasar de fase, también han de estar presentes "criterios de prudencia": "No es blanco y negro, hay matices de gris".