La tragedia de Barbate ha sacado a relucir que la zona del estrecho es un lugar estratégico para el narcotráfico. La fuerte presencia policial de los últimos años ha provocado que los criminales buscaran otras vías de entrada de la droga. Pero la mano de obra barata y la cercanía con Marruecos sigue siendo clave en esta ruta.

Se trata de una guerra que comenzó antes de los años 90. El Campo de Gibraltar ya era entonces el principal punto estratégico para el narcotráfico y la Policía consiguió hacerse con él. Pero los narcos buscaron rutas alternativas.

En esos años el narcotráfico baja fundamentalmente por el 'boom' de la construcción. Muchísima gente que estaba ligada al narcotráfico ve que en la construcción tiene una salida laboral y económicamente rentable.

Pero en 2016 todo vuelve a estallar cuando los narcos asesinan a un policía local en La Línea de la Concepción. Fue entonces cuando la policía vuelve a centralizar sus esfuerzos en esta zona. Por eso los narcos no tardan en reactivar las rutas ya conocías de aquellos años 90 y llegan ampliar su campo de distribución hasta el Levante.

La mano de obra barata y la cercanía con Marruecos se lo pone fácil a los grandes clanes: el 80% del hachís que entra a España sigue esta ruta.

Pero solo dos años más tarde, en 2018, Marlaska descoloca a los narcos. Paco Mena, coordinador de 'Alternativas', ha explicado en 'Más vale tarde' que "cuando se pone el plan especial de seguridad en funcionamiento en el campo de Gibraltar, lo que hace es que las organizaciones que se dedican al narcotráfico busquen otros lugares que sean más tranquilos y corran menos riesgos".

Además, añade que puntos como la costa portuguesa se acaba convirtiendo en su "base de operaciones". Ahí, dice, "fabrican las narcolanchas más potentes del mercado: pueden llegar a superar los 110 km por hora". "Con estas vuelven a coger fuerza y son casi invencibles", añade.