Los técnicos municipales desplazados al domicilio de la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, y su marido, su homólogo en el Congreso Iván Espinosa de los Monteros, han comprobado que la actividad profesional del despacho del inmueble ha cerrado y, por tanto, no se clausura el chalé.

No obstante, el expediente de disciplina urbanística continúa abierto hasta que no se apruebe una nueva licencia, como ya han solicitado, y se realicen las obras para ajustar la situación de la vivienda a la normativa municipal. Así lo han explicado fuentes del área de Desarrollo Urbanístico una vez que los técnicos han cursado la visita para levantar acta de inspección, conforme a lo previsto este martes.

Esta mañana se les ha facilitado el acceso a la vivienda donde han podido comprobar que se ha cesado la actividad profesional que se ejercía en el sótano y que el inmueble es una residencia familiar con menores. Fruto de esta visita se ha levantado acta con las comprobaciones realizadas y ahora se esperará a la resolución del nuevo proyecto de licencia que han presentado los propietarios "para ajustar la casa a la legalidad".

Ahora, si todo transcurre correctamente se aprobará una nueva licencia y se tendrán que ejecutar por parte del matrimonio las obras pertinentes para cumplir la normativa. En consecuencia, el expediente de disciplina urbanística "no se cierra hasta que se conceda la nueva licencia". Las mismas fuentes consultadas han detallado que todo el proceso (tramitación de la licencia, ejecutar las obras y la posterior comprobación) puede llevar un año.

El pasado viernes los dirigentes de Vox presentaron un proyecto de modificación de licencia y han mantenido reuniones para regularizar la situación, junto al cese de la actividad en dicho espacio. En la vivienda tipo chalé se realizaron unos trabajos de reforma (se añadió una planta más y se cerró una terraza, entre otros cambios).

El año pasado se les remitió un apercibimiento por parte del Ayuntamiento y recientemente se emitió esta resolución de clausura, el siguiente paso del procedimiento. No obstante, tras la visita se mantiene el uso residencial del inmueble. Por su parte, Monasterio aseguró que el cierre del funcionamiento de la oficina que tiene en su casa no se producirá porque antes de este martes demostraría que todos los trámites están correctos.

"Nosotros tenemos licencia de vivienda y del despacho profesional", ha aseverado. A su juicio, que el Ayuntamiento quería clausurar y precintar una parte de su vivienda se debe a años de un "laberinto burocrático agravado por un denunciante rencoroso", ya que llevan 9 años "cumpliendo con cada paso de la ordenanza para intentar llegar al final del proceso" y "años pagando todas las tasas necesarias (alguna, dos veces)".

También recordó que habían pagado el IBI actualizado, sin la licencia actualizada y que han estado "perdiendo tiempo, dinero y esfuerzo para obtener definitivamente la licencia de primera ocupación y funcionamiento".