España podría estar a las puertas de una cuarta ola. Al menos, según el cambio de tendencia que ha experimentado el país en las últimas dos semanas, en las que se ha pasado de tener una incidencia acumulada a 14 días de 128 casos (16 de marzo) a 155 el 1 de abril.

"Hay datos que pudieran apuntar a un cambio de incidencia", esgrimía la ministra de Sanidad, Carolina Darias,el pasado 22 de marzo. "Estamos en las fases iniciales de una posible cuarta ola", añadía el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, exactamente una semana después. Ahora, esa tendencia se ha consolidado todavía más y, según los expertos, los fantasmas de las navidades pasadas reaparecen en plena Semana Santa.

Para entender lo que está pasando, como recuerda el matemático Santiago García, hay que observar la incidencia acumulada. Y según se aprecia en el gráfico superior, efectivamente se está produciendo un cambio de tendencia, no obstante, con matices: los valores que en los que empezó la subida el pasado mes de marzo son visiblemente inferiores que los de diciembre de 2020, justo antes de la tercera ola.

Precisamente, hablamos del "punto de inflexión" al que hacía referencia Fernando Simón. El ritmo de subida es lento, mientras en las comunidades autónomas el ascenso se mantiene desigual. Pero lo complicado es mantener este valle con toda Europa sumida en algunos de sus peores registros desde que empezó la pandemia y, sobre todo, con la incógnita de si las restricciones de Semana Santa son efectivas.

Aumenta la tasa en las comunidades autónomas

El desglose de los datos por autonomías da muestra de lo que se está viviendo a nivel nacional. Madrid y Navarra ya se sitúan en un nivel de riesgo extremo por coronavirus, debido a que ambas superan los 250 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El País Vasco, La Rioja, Asturias y Cataluña ya están en riesgo alto (más de 150 casos), mientras las demás se mantienen en riesgo medio, salvo la Comunidad Valenciana. Esta región es la única que baja de los 50 casos por cada 100.000 habitantes.

Si analizamos los datos que algunas comunidades autónomas han actualizado este viernes están marcados por descensos drásticos en los contagios, habitualmente causados por la realización de menos pruebas diagnósticas.

En Madrid, los nuevos contagios por coronavirus han bajado este viernes a 855 en el segundo día del puente de Semana Santa, muy por debajo de los 2.563 casos notificados el jueves, mientras que los fallecimientos suben a 25, uno más que ayer.

Euskadi ha registrado este pasado jueves 567 nuevos casos de COVID-19, lo que supone que 76 menos el día anterior, si bien la tasa de positivos en relación a las pruebas practicadas ha subido casi dos puntos hasta el 9,1% y la tasa acumulada en 14 días por cada 100.000 habitantes ha alcanzado los 308,04, de manera que Euskadi se sitúa ya desde ayer en zona naranja.

Los datos de Andalucía tampoco han sido buenos, registrando 1.032 pacientes hospitalizados por coronavirus, cinco más que el jueves y 27 más que hace una semana, de los cuales 267 se encuentran en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), 17 más que la víspera y 23 más que hace siete días.

Lo mismo ocurre en Cataluña, donde los indicadores epidemiológicos siguen empeorando al confirmarse en las últimas 24 horas 1.712 nuevos casos y 17 defunciones, al tiempo que han aumentado los pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos. La incidencia acumulada de casos por cada 100.000 habitantes a 14 días (IA14) también empeora y se ha situado en 234, cinco casos más que que el jueves.

Extremadura registró el viernes un incremento de nuevos contagios (139 frente a los 106 de este jueves) así como un aumento de hospitalizados (cinco más en planta y uno más en UCI) y de la incidencia acumulada (108,18 casos por 100.000 habitantes a los 14 días, 6,28 puntos más que este pasado jueves, y de 64,16 casos a los siete, 7,12 más), además de un fallecimiento.

La Rioja también experimentó un incremento de casos activos, una tendencia que continúa desde los últimos días, con 388 personas con la enfermedad en la región, 17 más que en la jornada anterior. Tiene un índice de 162,3 casos por cada 100.000 habitantes, a 14 días (151,2 ayer) y de 97,66 a una semana (92,65).

En Galicia los contagios han vuelto a crecer este viernes hasta los 154, 16 más que el anterior recuento, en una jornada en la que también aumenta la presión asistencial en UCI y en planta, y descienden levemente los casos activos.

Diferente es el caso de Aragón, que registró 164 nuevos contagios detectados el jueves, 34 menos que un día antes, y ningún fallecido. La incidencia acumulada en esta comunidad a siete días se sitúa en 82,8 contagios por 100.000 habitantes y en 152,6 a 14 días.

Cantabria también ha notificado 55 casos nuevos, nueve menos que el jueves, mientras la incidencia acumulada baja ligeramente a 7 días pero sube a 14, y también hay más hospitalizados y se mantiene estable el número de pacientes en UCI.

En Castilla y León los casos diarios de COVID confirmados por test cayeron a 232 este Viernes Santo, un 44 % menos que los 420 del jueves, la cifra más alta desde el 19 de febrero en la Comunidad, y los decesos en hospitales por coronavirus han sido cinco, tres más que los comunicados en la víspera.

Navarra volvió a superar los 150 nuevos casos diarios al registrar este jueves 154 positivos, que elevan a 305 la incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días, aunque baja a 166 la acumulada en 7 días; mientras que en Murcia: las cifras de casos activos, la incidencia acumulada en los últimos 14 y 7 días por cada 100.000 personas, el porcentaje de positividad de las pruebas y hospitalizados en UCI se ha rebajado en la última jornada.

Canarias es una de las regiones en mejor situación. El viernes notificó 212 nuevos casos (siete menos que en la víspera) y tres muertes. La incidencia acumulada a los 7 días se sitúa así en 59,01 casos por cada100.000 habitantes y a los 14 días en los 129,18 casos por 100.000 habitantes.

Por su parte, la Comunidad Valenciana: ha registrado seis fallecimientos (dos menos que ayer) y ha notificado 206 casos nuevos, 18 más.

Estos datos son todavía más llamativos si se comparan con los de hace dos semanas, donde ni una sola región estaba en riesgo extremo. En cambio, la gran mayoría no superaban los 150 casos por cada 100.000 habitantes, y había dos de ellas, Baleares y la Comunidad Valenciana, que apenas contaban con casos. Una tendencia que ahora se ha visto truncada.

¿Pasará en Semana Santa lo mismo que en Navidad?

Uno de los principales mantras de Sanidad en los últimos dos meses ha sido el de evitar a toda costa que la Semana Santa derive en una cuarta ola tan agresiva como la anterior. Por ello, hasta el próximo 9 de abril se siguen aplicando una serie de restricciones comunes, como el cierre perimetral, el toque de queda a las 23:00 o la prohibición de las reuniones en espacios privados cerrados.

Ahora bien, una de las principales incógnitas es qué ocurrirá una vez llegado ese 9 de abril. En este sentido, las directrices del Consejo Interterritorial de Salud dejarán de tener efecto, por lo que cada comunidad será libre de decidir si mantiene el cierre de sus territorios o no.

De momento, Baleares y Cantabria lo mantendrán más allá de esta fecha: la primera hasta el 12 de abril y la segunda hasta el 15. Sin embargo, se desconoce qué ocurrirá con el resto de regiones, que todavía no se han aventurado a anunciar una prolongación de las medidas.

De este modo, con las restricciones ya tomadas, los datos están a la espera. Como indicaba Fernando Simón, estamos en un punto en el que la oscilación es muy sencilla: "Podemos tanto mantenerla como revertirla, está en manos de todos. Si conseguimos mantener este valle durante unas semanas más, con el nivel de vacunación que vamos a tener, podríamos llegar a tener una onda epidémica mucho más leve que las anteriores", indicaba.

Precisamente en este último punto es donde está la esperanza: durante este mes de abril llegarán más de 6 millones de dosis de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen a nuestro país, que permitirán dar un nuevo vuelco al plan de inmunización. Aun así, los ritmos siguen siendo lentos, por lo que una cuarta ola seguiría siendo muy grave.