La aglomeración de personas en el lado marroquí de la frontera era menor la mañana de este miércoles debido a que la policía del país vecino ha sellado el paso fronterizo. La presencia de agentes marroquíes también ha provocado que los grupos grandes de personas hayan permanecido más alejados de la valla.

A pesar de ello, la llegada de migrantes que saltaban al agua para alcanzar la playa del Tarajal no ha cesado a primeras horas de la mañana, aunque en grupos muy reducidos. Algunos se han trasladado con pequeñas embarcaciones, aunque han sido devueltos a pie por el Ejército y la Guardia Civil cuando han llegado a suelo español.

Sobre las 10:30 horas de la mañana la policía marroquí ha desalojado a las personas que se agolpaban cerca de la valla fronteriza. Eso ha dado un respiro muy breve porque, al poco tiempo, otro grupo ha bajado por la colina y ha empezado un cruce de piedras y botes de humo entre la policía española y los migrantes.

Según ha informado el Ministerio del Interior, España ya ha devuelto a Marruecos a 5.600 personas y sigue el despliegue del Ejército en las fronteras así como un refuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Por su parte, Pedro Sánchez ha explicado en el Congreso que España tiene "el apoyo inequívoco de todas las autoridades europeas" ya que "la frontera de Ceuta no es solo una frontera de España con Marruecos, sino una frontera europea".

La situación en la ciudad de Ceuta es de aparente normalidad este miércoles y es que a pesar de que se pueden ver grupos de jóvenes migrantes por la calle, su presencia es mucho menor que este martes.

Los colegios han abierto, al igual que ayer, día en que algunos padres decidieron no llevar a los niños a clase por seguridad. La campaña de vacunación sigue en marcha y la mayoría de comercios ha subido la persiana como cualquier otro día.

Tras casi dos días de llegada masiva de migrantes que cruzaban la frontera entre España y Marruecos -8.000 personas en menos de 48 horas-, agentes marroquíes empezaron este martes por la tarde a cortar el paso a los migrantes que intentaban acceder a Ceuta a través del espigón de la playa del Tarajal.

Una crisis propiciada por Marruecos en respuesta a la atención médica al general del Frente Polisario por parte de España. De hecho, el ministro de DDHH de ese país, Mustafá Ramid, ha asegurado que España "sabía que el precio por subestimar a Marruecos es muy alto" y ha acusado de no cumplir con "la buena vecindad".

Sobre esta cuestión, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha asegurado en una entrevista en RNE que el objetivo del Gobierno español es "reconducir la situación" porque la asistencia al general del Frente Polisario "fue un gesto humanitario hacia una persona que estaba gravemente enferma".

"A esta respuesta nunca le dimos un carácter de agresión y no vamos a entrar en una escalada, pero vamos a ser firmes en la defensa de nuestras fronteras, la seguridad y el orden", ha advertido.

Laya asegura que se han dado explicaciones sobre la acogida del polisario "múltiples veces" a Rabat y que nunca se hizo "buscando una agresión a nadie". "España siempre ha sido exquisitamente prudente en su postura sobre el Sahara, y así lo seguirá siendo, España siempre se ha mantenido anclada en la necesidad de una solución política", ha dicho.