La subida del Salario Mínimo Interprofesional ha sido la primera medida económica tomada por el nuevo Gobierno de coalición, y es también una prioridad en Europa. Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lo prometió en campaña, en julio de 2019: "Un salario mínimo que garantice una vida digna".

Ahora, la dirigente europea ha dado un primer paso haciendo una consulta a los agentes sociales. "Tiene muy claro que no va a esperar al final de su mandato. Su intención es abrir la discusión. En Europa, las cosas tardan mucho tiempo y hay que empezar pronto a discutirlas", ha destacado Javier Díaz-Giménez, profesor de Economía en IESE.

La propuesta del gobierno comunitario es que los trabajadores cobren al menos el 60% del salario medio de cada país, una meta quetambién quieren alcanzar PSOE y Podemos para el final de la legislatura. En palabras de Díaz-Giménez: "Es ambicioso. Entre los países que tienen SMI, más de la mitad no llegan a ese límite".

En España, ese 60% serían unos 1.200 euros. "Sería una forma moderada de acercarnos a la situación del entorno europeo: Francia o Alemania, aunque muy lejos de Luxemburgo", ha manifestado Pepe Álvarez, secretario general de UGT, en declaraciones al programa Al Rojo Vivo.

Algunos países, como los nórdicos, no ven con buenos ojos esta propuesta. Allí el salario se establece mediante acuerdos entre las empresas y los sindicatos para cada sector. Los efectos económicos que traería consigo una subida del salario mínimo son difíciles de cuantificar.

"Tan disparatado es decir que subir el SMI no tiene ningún coste sobre el empleo, porque lo tiene, como decir que es insoportable, inasumible y que va suponer la ruina de España", ha matizado el profesor Díaz-Giménez. Para Miguel Otero, investigador en el Real Instituto Elcano y profesor en el IE, esto "depende del país, depende de las circunstancias y depende de la productividad".

Lo que según los expertos sí se producirá será un incremento de la economía sumergida, por lo que apuestan por aumentar las sanciones. "Si subes el salario mínimo, tienes que aumentar la supervisión, la inspección, para controlar que no haya bolsas de mercado negro", ha añadido Otero.

Además del salario mínimo, la Comisión también está estudiando otras medidas sociales, como establecer una renta básica y un seguro de desempleo europeo.