La debacle electoral sufrida este domingo por el PSOE en Galicia y el País Vasco, donde los socialistas han cosechado los peores resultados de su historia y se han visto superados por las listas de Podemos, coloca al secretario general del partido, Pedro Sánchez, en situación de extrema debilidad ante sus críticos, en un momento de tensión interna máxima.

Los dos sectores enfrentados del PSOE esperaban ansiosos el resultado de las urnas este domingo: la dirección confiaba en que, esta vez también, los sondeos errarían en sus predicciones y esperaban coger aire para defender su estrategia a nivel nacional; mientras que los críticos temían una nueva derrota que anotar en el curriculum de Sánchez y apuntaban que podría ser el momento de exigir responsabilidades.

Y este domingo se han confirmado los peores pronósticos: los socialistas han obtenido sus peores resultados de la historia en Galicia y el País Vasco, con 'sorpasso' incluido, pese a que hasta el último momento Ferraz confiaba en que En Marea no se impondría al PSdeG.

En todo el PSOE se admitía este domingo que no eran unos buenos resultados. Mientras algunos dirigentes críticos hablaban de "desastre" y "debacle", en el entorno más próximo a Sánchez se mantenía la prudencia pero se admitía que no eran unos buenos resultados.

El primer aviso de los críticos ha llegado de la secretaria general del PSOE de Sevilla y diputada en el Parlamento de Andalucía, Verónica Pérez, muy próxima a Susana Díaz, quien ha mostrado su "hartazgo" por los que irónicamente ha calificado como "resultados históricos" de su partido en las elecciones autonómicas de Galicia y Euskadi. "¿Y ahora qué?", ha preguntado mediante un mensaje en Twitter.