El líder de Vox, Santiago Abascal, ha salido tras los buenos resultados electorales de su formación este 10N y lo ha hecho ante sus simpatizantes en un gran andamio instalado frente a su sede en Madrid. El partido de extrema derecha ha conseguido 52 diputados, 28 más que el 28A, y 3.627.305 votos, lo que supone un 15,09% del sufragio.

"¡Buenas noches y viva España!", ha gritado al arrancar su discurso y acto seguido las decenas de simpatizantes han coreado "¡viva España!". Sí, la extrema derecha se ha convertido en tercera fuerza política en nuestro país y su líder lo ha celebrado.

"Quiero mandar una mensaje de gratitud a los 3,5 millones de españoles que han confiado en nosotros. Sobre todo quiero hacerles una promesa, no les defraudaremos, no daremos un paso atrás, defenderemos en el Congreso lo que hemos prometido", ha señalado dejando claro sus intenciones de "recurrir todas las leyes" que él llama "liberticidas".

Abascal, dándose un baño de masas que ansiaba desde el 28A, cuando sus resultados no fueron tan elevados como los esperados, se ha dirigido a los suyos: "Habéis sido protagonistas de la mayor gesta política, más fulgurante y más rápida, de la democracia española para dar representación a millones de españoles que no se sentían representados".

El líder de Vox también ha señalado que su formación ha "logrado abrir todos los debates prohibidos": "Le hemos dicho a la izquierda que la historia no había terminado y que no tienen ninguna superioridad moral. Nosotros tenemos el mismo derecho a defender nuestras ideas sin ser insultados y estigmatizados desde los medios de comunicación".

Tras ese ataque a los periodistas, se ha dado el capricho de otorgarse un mérito: "Hemos contribuido al perfeccionamiento de la democracia española porque hoy el Congreso de los Diputados no solo es más plural sino que tiene una representación más real y fidedigna de lo que piensa el pueblo español".

"Ni los insultos ni estigmas nos detendrán en la responsabilidad de lograr una patria de españoles iguales y libres", ha apuntado, pidiendo no "caer en la euforia" y mostrando su preocupación por "la gobernabilidad de España".