Primera y tajante directriz del manual de comunicación de Vox: "Nunca hay obligación de conceder una entrevista o de facilitar información, si se trata de un medio poco afín, debe rechazarse".

Mandamiento inapelable que tienen que seguir los responsables de comunicación de Vox en cada provincia. "Si sospechamos que el medio desea realizar una información malintencionada contra Vox, debemos rechazar cualquier tipo de colaboración", añaden.

Además, este manual incluye la prohibición de posicionarse en temas nacionales en los que desde la dirección no se haya manifestado y recomiendan que "lo ideal es adaptar el discurso nacional de Vox a la provincia o municipio".

Es decir, sea el tema que sea, cargar contra el feminismo o el independentismo: "Si nos queremos quejar del estado del asfaltado de una calle, lo relacionamos con el uso de dinero público para subvenciones a separatistas o a organizaciones feministas radicales".

Incluso, según denuncian varios medios, ha habido purga en WhatsApp. El vicesecretario de comunicación, Manuel Mariscal, expulsaba del grupo que tiene el partido con los periodistas a varios de ellos.