El cabeza de lista de JxCat al Congreso por Barcelona, Jordi Sànchez, ha recalcado al presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, que en Junts per Catalunya sí son "de fiar" porque "mantienen la palabra".

Sànchez ha ofrecido su segunda rueda de prensa en campaña por vía telemática desde la cárcel de Soto del Real (Madrid), organizada por la ACN, tras recibir la autorización de la Junta Electoral Central.

En la rueda de prensa ha sido preguntado por la entrevista de La Vanguardia a Pedro Sánchez, en la que el candidato socialista considera que reivindicar el autogobierno es "reivindicar la convivencia, que es el verdadero problema de Cataluña", y asegura que "los líderes independentistas no son de fiar porque en privado dicen que la independencia no es posible y en público, que la van a hacer posible", por lo que en realidad "engañan a la ciudadanía".

Jordi Sànchez ha cuestionado la "credibilidad" del líder del PSOE al hablar sobre quién es de fiar, cuando es él quien "plantea una cosa y luego la otra" en la discusión sobre los debates televisivos. El candidato preso ha asegurado que JxCat será "de fiar" porque su "palabra de no se vende, no se cambia": "Nos debemos a los electores", ha remarcado.

"Cuando damos una palabra, la mantenemos los que estamos en la prisión, yo la mantendré", ha apostillado. Para ejemplificar su compromiso con la política, el exlíder de la ANC ha dicho que le habría sido "más cómodo" no participar en las elecciones generales, porque "suficiente trabajo" tiene, ha dicho, con el juicio del 'procés' en el Tribunal Supremo, pero en cambio ha optado por ser candidato para seguir trabajando para una solución.

En un momento en el que JxCat no remonta en los sondeos, que le siguen dando en torno a cinco escaños en el Congreso, Sànchez ha pedido el voto para que la candidatura sea "suficiente fuerte" en la Cámara Baja para que ese diálogo "se pueda hacer realidad".

En este contexto a retado a Pedro Sánchez a clarificar si estaría dispuesto a "sacrificar" la constitución de su próximo Gobierno -con unos hipotéticos apoyos de los independentistas- para evitar que los catalanes se expresen "libremente" en un referéndum.