Pasan los días pero la imaginación de los partidos no se agota. Si hay que aprovechar la fiebre por la serie Juego de Tronos se convierte a Arrimadas en la madre de dragones.

El PSOE también recurre a la pequeña pantalla, aunque apuesta por la ficción patria: "Piden el ministerio de Exteriores, el de Universidades… pero ninguno el Ministerio del Tiempo", decía Pedro Sánchez

Y ya se sabe, los millenials son más de videojuegos, tal vez por eso el PP ha sentado a su secretario general en un sofá y le pone a jugar a un videojuego. Todo para lograr la atención de los votantes y de los periodistas.

Pese a ser festivo, en campaña los políticos no dejan de estudiar. Bien lo sabe Cayetana Álvarez de Toledo, que se ha ido a la playa, pero con una Constitución bajo el brazo.

También repasan el inglés. Aun así, estando tanto bajo los focos, es imposible no tener un lapsus, como un candidato popular llamando presidente del Gobierno a Pablo Casado.

Y terminar quitándole algunos ceros al préstamo a la banca: "Que nos devuelvan los 60.000 euros que nos ha costado el rescate", decía una mujer de Podemos.

Y es que la campaña es larga y dura. Cualquier oportunidad es buena para escuchar a los candidatos fuera de sus hábitat, dejando volar la imaginación y los dardos.

Aunque también hay quienes se permiten obsequiar a sus adversarios. Josep Bou, candidato popular a la alcaldía de Barcelona ha hecho unas monas para sus rivales. Queda por ver si pasada la Semana Santa, continuará esa generosidad.