Toda campaña está llena de mensajes, repetidos por los candidatos una y otra vez para que cale entre votantes e indecisos. Pero en la campaña más mediática y diversa se ha instaurado el selfie. No hay candidato que no haya participado en uno.
Algunos empezaban la campaña a tope de energía y otros celebraban su primer mitin invitando a una ronda. 15 días de intensa campaña en los que nos han faltado los paseos, los selfies... Lo importante era acercarse al ciudadano y escuchar lo que podían ofrecerles, fueran del partido que fueran.
Hemos escuchado piropos para los candidatos, cómo los logros de partido encendían el tono del orador y algún desliz pero es que han sido demasiadas horas de carretera... También ha habido mítines que se han improvisado en plena calle pero no solo los candidatos han sido los protagonistas.
El PP se sirvió de un hipster para rascar votos y Rajoy incluso subió una foto a Twitter con uno de ellos aunque luego descubrimos que el moderno no era tan moderno. El verdadero hipster, que es de UPYD, se levantaba en armas.
Las abuelas también se han colado en la campaña. Iglesias y Garzón tiraban de ellas para ofrecer su imagen más tierna.