El encuentro ha empezado con un saludo frío, una charla informal para entrar en calor y, tras poco más de 30 minutos, Pedro Sánchez se ha vuelto a su sede.
Conclusiones: mantiene el 'no' y señala a Rajoy como el responsable para formar gobierno. Pero Sánchez no renuncia a intentar liderar un gobierno de cambio progresista, y, aunque no habla del que sería su aliado, Podemos,le manda el mensaje de las líneas rojas.
"Nosotros garantizamos la estabilidad y la integridad territorial", asegura el secretario general socialista. El líder del PSOE ha dejado claro lo que no le gustaría que pasara. "El que no sea posible lo que algunos quieren", precisa.
Por su parte, Mariano Rajoy sólo se ha pronunciado a través de Twitter para pedir diálogo. También, y como esto ya no es solo cosa de dos, Albert Rivera pide turno de palabra.
El líder de Ciudadanos propone a PP y PSOE un acuerdo a tres bandas para evitar la inestabilidad, pero niega que con esto esté violando su mantra de campaña de no dar un 'sí' a Rajoy o a Sánchez.
"No votaríamos que sí porque no son nuestros gobiernos, y no formamos parte. Lo hacemos para que esto no sea Grecia", aseguraba Rivera en Al Rojo Vivo.
Aunque poco antes, ante un grupo de periodistas admitía que ya no descarta nada porque el panorama es cambiante. Sobre quienes deben encabezar el diálogo, dice: "No es con Rajoy ni con Sánchez con quien queremos hablar".
Los populares piden altura de miras y se ponen a sí mismos de ejemplo. En este sentido, Alfonso Alonso cita el caso del País Vasco. "Con el plan Ibarretxe, nosotros apoyamos al PSOE para que formase gobierno en Euskadi", explicaba el ministro de Sanidad.
Pero cuando se les recuerda el caso andaluz, reconoce que a lo mejor no se hizo tan bien. Así, todo está abierto a la espera de que sigan los encuentros.