La táctica en los viejos debates estaba clara, demoler al único rival que se tenía enfrente. Pero la estrategia cambia cuando hay cuatro atriles, toca enfrentar a tres rivales aunque alguno quiera descartar a algunos de antemano. Pedro Sánchez, secretario general del PSOE ha dicho en la cadena SER que "están compitiendo por la medalla de bronce y hay dos partidos que competimos por la medalla de oro".
Dicen los expertos que si Pedro Sánchez quiere el oro, hacia ahí debe conducir el debate. Jorge Galindo, politólogo de Politikon, explica que "lo que tiene que hacer Sánchez a toda costa es establecer el marco y la idea de que él es la única alternativa a Rajoy. En cuanto empiece a interpelar a Rivera, el marco va a cambiar y no le va a ir bien".
Ciudadanos sigue comiéndole terreno al PSOE y la táctica de Rivera pasa por atacar sin espantar al votante indeciso del PP. Toni Aira, profesor de Comunicación Política, destaca que "enfrentarse con el PP puede pero con guante de seda. Puede ser más contundente con el PSOE, para descartarlo como alternativa, y con Podemos, para descartarlo por radical".
De eso deberá desmarcarse Podemos a base de propuestas. Iglesias, a la vez, intentará presentarse como el dique antiderecha. José Fernández Albertos, politólogo del CSIC, sostiene que debería "presentarse como una clarísima alternativa, la oposición principal a las políticas de Rajoy, es lo que gusta mucho al electorado socialista".
En medio de este teatro de operaciones, el Gobierno deberá cambiar de discurso. Ahora, dicen los politólogos, el enemigo es otro diferente al PSOE, ciudadanos y sostienen que la vía para hacerle daño está clara, hablar sobre a quién podrían apoyar.
El PP deberá asumir que será el blanco de todos los ataques y aprovecharlo. Aira insiste en que "cuando vas a defender las posiciones del Gobierno, sabes que vas a estar solo ante el peligro, solo ante quienes te van a criticar, pero eso te hace protagonista". Los expertos esperan que la Vicepresidenta saque a relucir los datos positivos de estos cuatro años de Gobierno.
EL DEBATE PODRÍA MOVILIZAR AL VOTO INDECISO