En un comunicado, Bosch señala: "Me sabe mal todo lo que ha pasado, y habiendo reflexionado sobre mi acto, debo reconocer que no estuve acertado. Seguro que no era el momento ni era el gesto que hacía falta".

"Por eso -añade el edil- quiero presentar mis disculpas a todos los que se hayan podido sentir heridos u ofendidos, los que hayan encontrado el hecho poco oportuno y, sobre todo, a los miles de personas que hace días que trabajan en el objetivo más noble que nos hemos marcado como pueblo, y que ahora hayan podido sentirse perjudicados".

Sin embargo, algunos de sus compañeros no reculan, y un ejemplo es Joan Tardá, para el que "si esto son incidentes, visca Catalunya y visca la gent de Catalunya".

Los hechos ocurrieron en el día de la Mercè, patrona de la capital catalana, cuando la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, los concejales del consistorio y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, salieron al balcón para presenciar los festejos tradicionales de la ciudad en la plaza Sant Jaume.

Pero sacar la estelada provocó otra escena cuando con Ada Colau intentando interceder, los concejales del PP aparecieron con la bandera de España ytras forcejear con el primer teniente de alcalde, al final consiguen colgarla.

Un día después, el Partido Popular no se arrepiente, y Jorge Fernández Díaz incluso lo llega a comparar con los tiempos del terrorismo de ETA, algo a lo que no ha tardado en responder el PSOE, pidiendo la dimisión del ministro del Interior a través de Pedro Sánchez.

En su comunicado, Alfred Bosch reitera que "a cualquier persona que haya molestado el gesto o la situación que se creó a raíz de este hecho no puedo más que disculparme". "Quiero a Barcelona y quiero a Cataluña. Nada más lejos de mi ánimo que hacer daño a mi ciudad o a mi país, y mucho menos a ninguna persona sea de donde sea, venga de donde venga, piense lo que piense. Soy el único responsable de los hechos, asumo la responsabilidad y os pido las más sinceras disculpas", concluye Bosch en la nota pública.