La última cita de Carles Puigdemont en Bruselas fue una visita a la ópera para ver 'el duque del alba', que trata sobre la ocupación española de Flandes con un curioso paralelismo con el independentismo catalán.

Es la última salida tras un mes intenso en Bélgica, donde sigue transmitiendo su mensaje de independencia. Desde la primera vez que se le vio tras aterrizar abrumado por las camaras, su estancia ha estado marcada por las visitas de ocio, siempre acompañadas de apoyos, selfies, algún regalo y muchos periodistas.

En la calle siempre va acompañado de estos periodistas, pero también ha tenido un gran abanico donde elegir en los medios. El expresident ha hablado con medios catalanes, belgas, rusos y hasta israelies, pero ninguno del resto de España.

Un mes en el extranjero en el que ha recibido la visita de los alcaldes y donde ha presentado su candidatura y su campaña, para la que el partido pide financiar a través de donativos en su página web y para la que Puigdemont lo pide desde Bruselas.

Allí se quedará junto con sus exconsellers, cuando se cumple un mes, con otra cita al frente: la declaración ante la justicia belga el 4 de diciembre.