Hubo un tiempo de señores y castillos, de reyes y conquistas, de comercio, de crecimiento, de explosión industrial y de intercambio cultural. Un tiempo en el que León fue motor y cabeza. Un tiempo de autonomía. Un sentimiento que perdura en sus gentes y que cada cierto tiempo resurge con fuerza.

Hablamos de historia pasada, pero también de historia reciente… de la creación de las Comunidades Autónomas, de la dictadura y la muerte de Franco, de la Transición y de los sentimientos regionalistas. No hace tanto, unos 40 años, el mapa autonómico era muy distinto: la región de León estaba formada por las provincias de León, Zamora y Salamanca y formaban parte de Castilla la Vieja.

Con la dictadura, las reivindicaciones regionalistas tuvieron que esperar, pero tras la muerte de Franco en 1975 llegaron las manifestaciones por la autonomía de castellanos y leoneses. Ya se veía entonces algo más: se 'colaban' pancartas que pedían la autonomía sólo de León. Uno de los grandes defensores de las posturas leonesistas fue Alianza Popular, que llegó a recurrir ante el Tribunal Constitucional para impedir la unión con Castilla. De nada sirvió. La autonomía de León no convenía. Eso es lo que se traslada en las crónicas de la época.

El entonces ministro encargado del Territorio, Rodolfo Martín Villa, tomó la decisión. La unión de asturianos y leoneses, algo más natural, no le complacía. ¿Por qué? Política y balanza de poder. Vio demasiados mineros juntos. Una masa de izquierdas históricamente muy combativa que podría crear problemas.

Eduardo López Sendino, portavoz de Unión del Pueblo Leonés (UPL) en el Ayuntamiento de León, iba algo más allá en una entrevista hace unos meses en laSexta Columna. "Martín Villa venía de la dictadura y siguió siendo un dictador, su filosofía era formar una comunidad grande para contrapeso a vascos y catalanes y le importó muy poco los deseos de leoneses, solamente por interés político falaz", indicaba.

Una región más conservadora podía ser muy útil para marcar músculo frente a Cataluña o el País Vasco. "Se decidió hacer una comunidad central, con un voto conservador, y lo demuestra que en 40 años solo ha gobernado el PP, en eso sí lo hicieron bien, pero no ha sido contrapeso de nada, somos cada vez menos y pintamos menos en este país", sostiene José Antonio Diez, alcalde de León.

Así, en 1983 se constituyó Castilla y León en forma de comunidad autónoma. Un año después, 90.000 personas se manifestaron por la autonomía de León. En la cabecera estaba el exalcalde Juan Moreno, quien formó parte de Alianza Popular. Entonces le acompañaron en la marcha muchos socialistas, pero nada cambió.

Hoy, cuatro décadas después, el debate sigue encima de la mesa. Lo llaman 'Lexit'. El leonesismo defiende que la Constitución les ampara para no formar parte de Castilla y León. Concretamente en su artículo 143, que dice: "las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas".

Decenas de ayuntamientos de León han votado una moción propuesta por el alcalde socialista de la ciudada favor de tener una autonomía propia que englobe a León, Zamora y Salamanca como reino de León. Van más allá de filiaciones políticas, representantes de todos los partidos las han apoyado. Desde UPL lo justifican en que es un sentimiento que está en la calle. En algunos casos ha provocado incluso tensiones con las direcciones nacionales o autonómicas de sus partidos. El propio José Antonio Diez es un ejemplo de ello porque ha sacado el debate de los partidos regionalistas y le ha dado voz desde el PSOE. Algo que no está en el argumentario nacional de los socialistas, que temen que se abra el melón de otros regionalismos.

Luis Tudanca, líder del PSOE de Castilla y León y candidato a la presidencia en la inminente cita electoral del 13F, se ha manifestado en contra de iniciar un proceso de separación, aunque ha evitado darle protagonismo a su postura. Des del PP, se muestran más contundentes y tachan a UPL de "formación localista". El candidato popular, Alfonso Fernández Mañueco acusa a UPL de estar lejos de los problemas que ocupan a la ciudadanía. Sin embargo, en campaña se han cuidado de utilizar el término castellanoleonés, que puede levantar suspicacias, y se dirigen en su mítines diferenciando entre 'castellanos' y 'leoneses'. Algo que evidencia que el sentimiento de autonomía no es historia pasada.

El agua, en el centro de la polémica

Antes de la pandemia, León era la ciudad con menor tasa de actividad de España, según desvelan los datos del Instituto Nacional de Estadística. Para los leonesistas, la autonomía lo cambiaría todo. La reivindicación es identitaria pero también económica.

Defienden que León era una zona minera, rica, con la vaca lechera como referente y con abundancia de recursos, entre ellos el agua. Un agua que ahora ocupa buena parte de las reivindicaciones.

"Hay que salir de Castilla porque se ha administrado León de un modo catastrófico. León es la patria del agua, han hecho embalses, han destrozado muchos valles maravillosos y el agua también se la están llevando", afirma Juan Pedro Aparicio, escritor leonés.

Agua como la del embalse de Riaño, embalsada en León y que acaba regando tierras en Valladolid y Palencia. Muchos agricultores de León, como José Fernando Álvarez, presidente de la Comunidad de Regantes de Payuelos (León), quieren que el embalse de Riaño riegue solos sus cultivos y, si sobra, se comparte. "Cada cuenca se tiene que desarrollar según sus posibilidades", añade.

El Bierzo y su sentir provincialista

Al sentir regionalista de León se suma también el anhelo provincialista de El Bierzo. En esta comarca cercana a Galicia, con tejados de pizarra y gentes de habla cantarín (influencia del gallego), surge otro movimiento que defiende que se cree una quinta provincia gallega (la que cuenta con más respaldo en los sondeos), que sea la segunda provincia en una hipotética nueva autonomía leonesa o que sea la décima provincia de la actual Castilla y León.

En este caso, sus defensores (con Coalición por El Bierzo en el frente político) señalan que la Comunidad ha explotado los recursos mineros de El Bierzo hasta que éstos se han agotado y que ahora es una comarca olvidada, sin plan de reindustrialización.

Sentimientos de leoneses y bercianos que quieren estar presentes en esta cita electoral y que seguro tendrán continuidad en el panorama político futuro.