Justiciar el nombramiento de Trillo como embajador en Londres le costó lo suyo al entonces ministro Margallo. Semanas antes se había comprometido a reservar esos puestos para el cuerpo diplomático.

Trillo fue la excepción: un premio que supuso un un jarro de agua fría para las víctimas del Yak-42. El Gobierno dio luz verde a su nombramiento en marzo de 2012, apenas unas semanas después de que el juez Grande-Marlaska archivara el caso por tercera vez exonerando a los mandos militares en contra del criterio de la Fiscalía.

Aunque esa decisión fue recurrida, Trillo comenzaba a disfrutar de un retiro dorado en la capital británica ajeno a cualquier tormenta política. Vida acomodada que se traduce en un salario bruto de casi 66.000 euros anuales, segun recoge Transparencia Internacional.

A esto se une complementos que no se especifican para equiparar su sueldo al nivel de vida del país y a la divisa. Exteriores se encarga además de pagar su residencia, el servicio en la embajada y el coche oficial, del que no se ha bajado desde entonces.