Banderas esteladas en el centro de Madrid al grito de: "¡Hemos venido a despedirnos!".

Hasta a la Cibeles le han colgado una del brazo. Los independentistas han llevado su protesta a las calles de la capital. "Ya lo hemos pedido en muchos sitios, sólo nos faltaba venir a Madrid a pedirlo", asegura un manifestante.

Las urnas del 1 de octubre acompañan la cabecera de la manifestación. Marchan, dicen, para decir que autodeteminación no es delito y que la democracia es decidir. "Estoy aquí porque creo en el derecho de autodeterminación", ha dicho otro manifestante.

En primera fila, representantes de las 60 organizaciones convocantes de toda España. Tras ellos, el president Torra y el expresident Mas. Aunque algunos reclaman al que falta, a Carles Puigdemont.

Él ha dicho en Twitter estar emocionado por la marcha y ha agradecido la convocatoria a las entidades independentistas.

Una manifestación con críticas, sobre todo, a la Justicia y a la cauda del 'procés': "Es un juicio que es político, que no es democrático", ha dicho una participante.

No faltaban las bromas sobre algunos de los testimonios del juicio: "¡Hay armas químicas por todos lados! ¡Cuidado, que llevamos Fairy!". El recordatorio a los políticos independentistas procesados ha sido constante en la marcha.

Desde el escenario en Cibeles, las entidades independentistas reclaman que su lucha no es contra nadie. Insisten en que no quiere provocar, sino defender los derechos fundamentales.

Apelan, destacan, a todos los demócratas de España para que apoyen el derecho a decidir.