Durante seis años el fiscal del caso Nóos ha investigado entre otros, a la hermana del rey y su marido y él también reconoce que el ambiente para investigar la corrupción es, a menudo, irrespirable: "En sitios en ámbitos pequeños como Baleares o Murcia se nota mucho más cercana la presión. Amenazas tanto yo como mi mujer como mi familia, diversos seguimientos" ha asegurado Horrach.
En su caso esas intimidaciones llegaron cuando decidió no imputar a la infanta. En el de su colega de anticorrupción, también en Palma, cuando intentó investigar a la policía local: "Cerrarles el paso incluso un furgón policial, entrar en el vestuario, en la piscina o sentarse en el cine porque se le ponía una persona a cada lado" ha confesado Álvaro García Ortiz, presidente de la Unión Progresista de Fiscales.
Denuncias muy graves en público que ya tienen una respuesta del Gobierno: que los fiscales sean más prudentes: "Creo que las declaraciones de unos y de otros tienen que tener contención. Si saben de alguna conducta delictiva o algún tipo de presión lo que tienen que hacer es denunciarlo" ha dicho Íñigo Méndez de Vigo.
Desde el PSOE critican que la indefensión de los fiscales tiene que ver con una intencionalidad política del Gobierno: "Parece ser que a este Gobierno no le gusta dejar rastro y en democracia no se pueden eliminar fiscales incómodos en un momento de investigación de corrupción" ha asegurado Susana Díaz. En el Consejo de Ministros se ha oficializado el relevo de toda la cúpula de fiscales.