Gregorio Serrano, director de la DGT, vive con una obsesión: ofrecer a la Guardia Civil de Tráfico "todas las facilidades del mundo". Pero su devoción no le impide señalar a la benemérita como culpable de lo que ni él ni nadie ha sabido explicar hasta ahora.

"Por un error de ellos, pusieron en el proyecto de reforma que la vivienda era para mí", afirmó Serrano.

Se refiere a una memoria con membrete de Interior y de la Guardia Civil en la que se justifica la reforma de 50.000 euros por el traslado del director General de Tráfico.

Y una contradicción: desde su nombramiento, Serrano ha vivido en la capital de hotel. Primero dijo que a costa de tráfico para unos minutos después asegurar que lo pagaba de su bolsillo.

Interrogado por los periodistas, aclaró: pagó Tráfico hasta el 8 de febrero porque estaban preparando la casa de la DGT que le correspondía y cuando ya estaba a punto de mudarse llegó la petición de la Guardia Civil.

Es decir, asegura que empezó a pagar de su bolsillo sin saber si la permuta se iba a hacer.

Pero hay más: ¿en qué concepto pagó la DGT sus noches de hotel? "Por la dieta de funcionario del grupo A", afirmó en rueda de prensa. Curiosamente él no es funcionario, ni del grupo A ni de ningún otro grupo.

Otra contradicción: Serrano asegura que se enteró de todo este tema a la vez que el resto del mundo, pero a la vez reconoce que se envió documentación a 'El Objetivo'. En realidad, el programa intentaba localizarle desde el viernes por la mañana.