El conflicto catalán se ha colado en buena parte de los discursos institucionales de los presidentes autonómicos. "Deseamos un pleno retorno de la normalidad a la Generalitat, reclamamos que no se descarte ninguna herramienta contemplada en la Constitución para garantizar nuestra democracia y nuestro autogobierno", señalaba Alberto Núñez Feijóo.
Para el lehendakari, la confrontación no es una opción e insiste en que hay que ceder: "Un microclima positivo solo se consigue con personas positivas capaces de ceder sus pretensiones individuales".
Susana Díaz, en un discurso más político que institucional, alertaba de los peligros de los populismos y de los nacionalismos: "Esta amenaza cree y más lo hará si consiguen imponer el vaciamiento de nuestra autonomía".
La preocupación del presidente asturiano es más bien económica por la deslocalización de empresas como Alcoa y por la inminente desaparición de las minas de carbón: "Con la transición energética ni es necesario ir más allá de lo que demanda Europa ni lo es anticiparse, cuyos costes para nuestro tejido productivo puede ser inasumible".