Celma, el único acusado hasta la fecha en someterse a las preguntas de todas las partes, ha asegurado que no pudo emitir un borrador del informe de auditoría antes de la formulación de estos estados al carecer de detalles completos sobre tasaciones, riesgos y refinanciaciones, como se lo comunicó personalmente a Rodrigo Rato, quien le respondió que se olvidara de la "dichosa documentación".

"Presidente, no va", ha recordado Celma que le dijo durante su conversación el 13 de abril de 2012, días después de que las cuentas fueran formuladas sin dicho borrador, pese a lo cual Bankia registró dichas cuentas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

"¿Qué hago, mando un comunicado y les digo que no me han dado esto, esto y esto?", ha espetado al abogado de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), Andrés Herzog, al que ha apuntado que "casi de forma automática, cambia el presidente, cambia el equipo y entonces puedo hacer mi trabajo".

Celma también se ha defendido de lo afirmado estos días en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia, en el que se enfrenta a penas de hasta 12 años de prisión por estafa a inversores y falsedad contable solicitadas por acusaciones particulares y populares, no por la Fiscalía Anticorrupción.

En concreto, ha tratado de refutar a la exconsejera Araceli Mora, que relató cómo se dirigió en varias ocasiones a él para interesarse por la situación del informe de auditoría.

Además, ha querido "clarificar o desmontar" algunos aspectos de la declaración de Rato, quien al referirse a los planes que se estaban elaborando en marzo de 2012 en beneficio de Bankia, indicó que "eran tres, uno para solucionar la valoración de las acciones de Bankia en BFA en el que participaba Deloitte, algo que no es cierto".

Sobre éste, diseñado a fin de solventar el valor en los libros de la matriz de las acciones del Bankia, Celma ha rechazado que la firma estuviera presente en la elaboración del plan "porque lo único que la normativa permite es que haya un informe de un experto independiente que certifique que no hay necesidad de ajustes".

Aparte, la entidad estaba trabajando en otro plan para cumplir con el decreto "Guindos II" que sí que contó con la presencia, entre otros, de Deloitte, y que aunque tenía que ejecutarse entre 2012 e incluso 2013, "no mejoraba ni podía ayudar a solventar una situación de 2011".

"Esa es la foto, y cuando Rato dijo eso creo que estaba confundido o quería confundir", ha apuntado Celma a la sala que preside la juez Ángela Murillo, muy incisiva en esta sesión con las acusaciones a las que ha interrumpido en más de una treintena de ocasiones.

No obstante, ha querido huir de "nociones políticas o conspirativas", y ha aseverado que los estados financieros de Bankia, tanto los trimestrales como los semestrales de 2011 y los mismos que se reformulan "representaban la imagen fiel" del banco.