Las familias han esperado 34 años para que se celebre el juicio. "Pasen los años que pasen, la pérdida está ahí. Hoy es 26 de julio de 1986". Habla Inmaculada González Revilla, hermana de uno de los dos guardia civiles que fueron asesinados por ETA en 1986 en el cuartel de Aretxabaleta, en Guipúzcoa.

Adrián González Revilla y el teniente Ignacio Mateu tenían 28 y 27 años. En el banquillo se sientan por estos asesinatos José Antonio López Ruiz, alias Kubati, y José Miguel Latasa, alias Fermín. "No se habla de lo que pasó hace 40 años, que fue una guerra dentro de una España en paz", manifiesta a las puertas de la Audiencia Nacional María Jesús Mateu, hermana del otro guardia civil asesinado

La Fiscalía pide 66 años de prisión para cada uno por su presunta participación en el atentado. Ellos han declarado que fueron miembros del comando, pero no la mano ejecutora. "Tengo todo aclarado de las acciones que hemos hecho, pero esta no es nuestra", ha afirmado López Ruiz en el juicio.

ETA se ha ensañado especialmente con la familia de Mateu, asesinó en 1978 al padre del teniente asesinado, magistrado entonces del Tribunal Supremo. "Nuestra familia, en ocho años ha tenido dos bajas por la banda asesina ETA. Somos el único caso en España para desgracia", ha explicado María Jesús Mateu.

Fermín y Kubati están en libertad desde 2013. Han cumplido entre los dos 51 años de cárcel por más de una veintena de asesinatos, entre otros, el de la disidente etarra Yoyes. Pero las familias recuerdan que todavía quedan más de 300 expedientes sin resolver. 300 víctimas sin culpables.