El mando único no une a todos. Pedro Sánchez ha defendido esta figura de gestión del coronavirus ante unos presidentes autonómicos que han mostrado de nuevo sus dudas.

Algunos presidentes, como Iñigo Urkullu, Quim Torra o Alberto Núñez Feijóo, abogan por un mayor control por parte de las autonomías. Incluso, alguno se ha atrevido a anticipar fechas de los planes de desescalada que manejan.

Es el caso de Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, que afirma que las peluquerías y los comercios podrían abrir el 11 de mayo y la restauración, a partir del 25 de ese mismo mes.

Especialmente duro ha sido López Miras, que pide que si es su comunidad de las primeras en desescalar, se garantice que nadie llegue a Murcia procedente de otras regiones. El motivo, argumenta, es que de los primeros 100 casos que se registraron en la comunidad autónoma, 98 de ellos eran importados.

Cada presidente cuenta con sus peticiones que han ido haciendo públicas en las últimas horas. Feijóo pide "distinguir la desescalada del ámbito rural y del ámbito urbano", pidiendo flexibilidad en cada territorio.

Urkullu, por su parte, pide que se siga el modelo alemán de cogobernanza y que se respete el autogobierno de Euskadi. Torra va más allá: quiere plenas competencias, una gestión propia para estructurar una desescalada para Cataluña.

La respuesta de los dirigentes socialistas ha sido cerrar filas alrededor de ese mando único, una idea a la que Page ha defendido: "Que alguna región empiece a tomarse esto por su cuenta quiere decir que todas estamos expuestas".

El presidente del Gobierno, por su parte, cree que ese mando único es innegociable, adelantando que no pedirá nada a las comunidades autónomas que sea imposible de ejecutar.