A las 8:30 horas de la mañana, el Aeropuerto de El Prat recuerda mantener "en todo momento la distancia de seguridad y las medidas de higiene". Con estas recomendaciones están aterrizando los primeros vuelos en Barcelona. Porque este domingo se ha reabierto el espacio aéreo español a los viajes aéreos procedentes del espacio Schengen y de la Unión Europea.

Tener las fronteras abiertas es sinónimo de libertad, de volver a ver a la familia, de disfrutar del verano y de descansar. Pero quienes han llegado de estos primeros vuelos lo han hecho con fuertes medidas de seguridad, tanto dentro como fuera del avión: les han tomado la temperatura y han vigilado que en todo se cumplan las medidas de seguridad obligatorias.

Cabe recordar que para viajar en la llamada 'nueva normalidad' habrá tres controles primarios. En primer lugar, todos los viajeros deben rellenar el formulario de localización conocido como 'Passenger Location Card', que ya se usa para los vuelos nacionales y en el que se deben especificar datos de localización de la persona e información sobre si ha pasado la covid-19 y en qué circunstancias.

Con el segundo control, a los pasajeros que procedan de otros países se les toma también la temperatura usando cámaras termográficas. Si alguno de ellos no superase estos controles, el viajero será atendido por un médico de sanidad exterior, quien decidirá si se deriva al paciente al servicio sanitario español.

Por último, se realiza un control visual. Si alguno de los viajeros da positivo, pasaría un chequeo médico más exhaustivo. "Pasamos a un control secundario, ya a cargo de sanidad exterior", ha explicado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una comparecencia. Este domingo, con la puesta en marcha de la 'nueva normalidad', es día de trasiego aéreo. Unos llegan, sí, pero otros se van de vacaciones o vuelven a casa.

Para garantizar su seguridad tendrán que hacerlo con mascarilla durante todo el trayecto, y con las medidas de prevención recomendadas en todos los espacios. Por eso, en los lugares comunes de los aeropuertos se han podido ver asientos todavía precintados y dispensadores de gel.

Al retomar también esta parte de la normalidad, lo importante es, además de las ganas, la seguridad tanto para los que visitan como para los que reciben. Todo ello, con el objetivo de que no se den nuevos brotes y el mundo pueda seguir conectado con tanta facilidad como antes.