Las explicaciones de Manuel Moix han tenido serios problemas de consistencia desde que Infolibre publicó la noticia de su empresa panameña.

En su primera versión a El Español, aseguró que él se había enterado de la existencia de la offshore en 2008 tras la muerte de su madre. Pero no tardó mucho en cambiar el relato y retrasar ese descubrimiento al fallecimiento de su padre tres años después.

Sin embargo, un día antes de su dimisión, un abogado que ejerció de acusación en un proceso por alzamiento de bienes contra sus padres aseguró a Infolibre que Moix lo supo años antes.

Corrían los años 90, Moix ya era fiscal y el centro de la disputa era la casa heredada por Moix y cómo su padre la puso a nombre de la compañía panameña para no pagar al constructor.

Segundo argumento de Moix era que él fue totalmente transparente y declaró su participación desde el principio.

Lo cierto es que Moix lo declaró a Hacienda. Sin embargo, se lo ocultó al fiscal general antes de su nombramiento y, sobre todo, a la inspección de la Fiscalía que vela por el cumplimiento del régimen de incompatibilidades.

Y el tercer argumento es que la sociedad estaba inactiva, una afirmación que desmiente el registro mercantil panameño, donde se puede observar que la sociedad está activa y al corriente de pago de sus tasas en Panamá.

Su función sigue siendo la misma desde que fue creada en 1988: ser propietaria de la vivienda en la sierra madrileña y evitar así el pago de impuestos en España.