Pretendía agrupar las 14 sedes judiciales de Madrid en un solo espacio y hoy sólo hay un edificio sin inaugurar y el Gobierno de Cifuentes reconoce que no encuentra las cuentas de este proyecto que ha dejado un agujero de 105 millones de euros.

 

Aunque quien puso la primera piedra no entra al tema, sin el libro mayor de contabilidad nunca sabremos, por ejemplo, el detalle de los casi cinco millones de euros gastados en promoción: maquetas, exposiciones, vídeos y merchandising: "El consejero de Justicia por aquel entonces se gastó 24.000 en puros, en marisquerías y en viajes".

Tampoco al personal de la empresa pública que gestionó el proyecto; 17 de los 20 trabajadores eran jefes sin nadie a su cargo, con nóminas de hasta 106.000 euros. En total, se pagaron más de dos millones y medio de euros.

Lo llevarán a la Justicia para saber por qué se pagaron 60 millones de euros por 1.300 metros de túneles que no conducen a ningún sitio. Una imagen que define cómo terminó esta fallida obra faraónica.