La clave está en una frase mal traducida por los querellantes. La demanda de Puigdemont contra el juez Llarena se basa en unas declaraciones del magistrado a los medios.

Llarena era preguntado por la causa abierta contra los líderes independentistas y sus delitos, a lo que contestaba: "con independencia de cuál haya podido ser la motivación que les haya llevado a las personas a cometerlos, si es que eso ha sido así, pues tienen que ser investigados".

El juez del Supremo usó claramente un condicional para referirse a los delitos. Pero la traducción al francés presentada por los abogados de Puigdemont apunta un tajante "sí, eso es lo se que produjo".

"No soy traductor, ni domino el francés a ese nivel. Por lo tanto, informaremos al tribunal de que hay un error en la traducción", explica Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont.

Los letrados intentan restar importancia a la incorrecta traducción. "A partir de ahora lo que pase queda en segundo plano. El objetivo era dejar en evidencia esta falta de respeto a la presunción de inocencia y eso está más que asumido", añade Jaume Alonso - Cuevillas, otro de los abogados.

Si Llarena hubiera dicho la frase, tal y como apunta la transcripción errónea, significaría que habría prejuzgado. El PP ve una clara intención perversa de los querellantes. "Ninguna de las acciones por parte de Carles Puigdemont y de su entorno es fruto de la casualidad, lo que pretenden es desacreditar a la justicia", señala Xavier García Albiol.

En unos días la justicia belga debe decidir si la demanda contra Llarena sigue su curso, pero una asociación de abogados españoles advierte. Se querellarán contra el juez belga si la admite a trámite.