En cuestión de meses, los terroristas de la célula yihadista de Ripoll dejaron sus trabajos, el deporte y sus rutinas diarias. Incluso prohibieron a sus hermanos pequeños jugar a videojuegos o dejaron de interesarse por las chicas o sus aficiones habituales amparándose en que el Islam no lo permitía.

Hafida Oukabir, hermana de Driss y Moussa Oukabir, es una de las personas cuyo testimonio figura en el sumario de los atentados del 17A. Asegura que los sermones de El Satty resultaban radicales, ya que hablaba abiertamente de la Yihad y de la lucha armada, por la cual había que matar a los infieles.

Ella, Hafida, tuvo que ver como su hermano pequeño abandonaba su vida de adolescente normal hasta morir como terrorista en Cambrils en nombre de Alá. Pero asegura también que no percibió en su hermano unos cambios que su cuñada Sara sí detectó.

Habían pasado de ser jóvenes que bebíen, salían de fiesta e incluso tomaban drogas a cambiar su modo de vestir y pensar

"Dejó de vestir con tejanos rotos y se le veía triste y con ojeras. Había empezado a rezar y desde hacía ocho meses iba a rezar a la mezquita nueva de Ripoll", apunta Sara Rouan en el sumario del caso.

De sus palabras se desprende que los yihadistas de Ripoll habían pasado de ser jóvenes que bebíen, salían de fiesta e incluso tomaban drogas a cambiar su modo de vestir y pensar.

Por el contrario, Hafida Oukabir sí percibió ese cambio en Youssef Aalla, amigo de sus hermanos: "Pasó de ser un chico alegre a ser una persona fría, dejó de saludar y no miraba a las mujeres".

A su vez, Saber Oukabir, amigo de la infancia de todos los miembros de la célula, relató a la Policía episodios de la vida de Youseff Aalla que sí dan pistas de lo que le estaba pasando: "Rompió la tablet de su hermano de seis años, para que no pudiese jugar a videojuegos, argumentando que el Islam lo prohíbe".

Los testimonios recogidos en el sumario de los atentados son el relato de una metamorfosis; la protagonizada por sus familiares y amigos, la que demuestra que durante meses se radicalizaron a la vista de todos.

Sara Rouan, pareja de Driss Oukabir:

La declarante había notado desde hacía tres meses cambios en Moussa Oukabir (dejó de vestir con tejanos rotos y se le veía triste y con ojeras). Dijo que hace un año que Moussa Oukabir había empezado a rezar y desde hacía ocho meses Moussa Oukabir iba a rezar a la mezquita nueva de Ripoll.

Hafida Oukabir, hermana de Driss y Moussa Oukabir:

Junto Omar y Mohamed Hichamy, Moussa Oukabir acudía con asiduidad a la Mezquita Nueva de Ripoll. Respecto al Imán de esta Mezquita, la declarante manifiesta que lo fue hasta el pasado junio y que sus sermones resultaban radicales, ya que hablaba abiertamente y por el altavoz de la Yihad, y la lucha armada, por la cual había que matar a los infieles.

Hafida Oukabir, hermana de Driss y Moussa Oukabir:

La declarante hace especial mención a la radicalización de Youssef Aalla, que sufrió un fuerte cambio hacía unos dos años, pasando de ser un chico alegre a ser una persona fría, que dejó de saludarla y que no miraba a las mujeres.

Saber Oukabir, amigo de los miembros de la célula y primo de Driss y Moussa:

En referencia a los hermanos Aalla, manifestó que la madre de estos le dijo al declarante tras los atentados que su hijo Said Aalla le había dicho que había algo raro en su hermano Youssef Aalla, que algo tramaba, que decía que iba a coger fruta y estaba haciendo otra cosa.

Saber Oukabir, amigo de los miembros de la célula y primo de Driss y Moussa:

El padre de los Aalla, también le dijo que Youssef Aalla rompió la tablet de su hermano de seis años para que no pudiese jugar a videojuegos, argumentando que el Islam lo prohíbe.

Hamid Oukabir, primo de Driss y Moussa Oukabir:

También manifestó recordar un cambio de imagen de éste, en concreto durante el Ramadán de 2017 (mes de junio de 2017), ya que se cortó una cresta que llevaba y se rapó. En una ocasión, Said Aalla le dijo al declarante con los ojos llorosos y como con rabia que los españoles son mala gente y te desean lo peor.