El juez ha acordado una orden de alejamiento de 500 metros para un hombre al que le prohíbe que se aproxime a Pablo Iglesias e Irene Montero en su domicilio o su lugar de trabajo, además de impedirle comunicarse con ellos por cualquier medio o a través de personas interpuestas.

Según fuentes jurídicas, el condenado ha declarado durante algo más de una hora y después ha habido una vista para decidir sobre la orden de alejamiento, que tendrá vigencia durante la instrucción y el posterior enjuiciamiento.

Estas mismas indican que el acusado sólo ha respondido al juez y a su abogada, reconociendo que se subió a una roca a grabar el interior de la vivienda de Iglesias y Montero. También ha admitido que acude reiteradamente con pancartas al domicilio, donde viven tres menores. Algo que, según su testimonio, no le disuade de persistir en el acoso.

Según estas mismas fuentes, en estas diligencias se ha acumulado un atestado de la Guardia Civil en el que se le identificó tras trepar por la parte trasera de la vivienda de los dirigentes de Podemos y grabar un vídeo del interior; una denuncia por injurias por una serie de pancartas vejatorias con frases como "Pablo hijo de terrorista" o "Irene tiene las rodillas gastadas"; y una querella de Iglesias.