En la actualidad, España cuenta con cuatro vacunas para hacer frente al coronavirus: Pfizer, Moderna, Janssen y AstraZeneca. Cada una cuenta con sus propias características, un nivel de eficacia distinto e incluso son de diferentes tipos (por ejemplo, en la distinción de vector viral o de ARNm).

No obstante, salvo en el caso del antídoto desarrollado por Johnson & Johnson, la mayoría de inyecciones cuentan con la misma particularidad: requieren de dos dosis para proporcionar su máximo nivel de protección. Un hecho que tiene repercusiones directas sobre cómo se gestiona la vacunación, y que exige el máximo de las autoridades para cuadrar los tiempos entre pinchazo y pinchazo.

Ahora bien, el hecho de que estas vacunas necesiten dos dosis para alcanzar su pico de protección no significa que estar en mitad de la pauta haya sido en vano. De hecho, tal y como recuerdan las autoridades sanitarias, es mucho más beneficioso tener al menos una dosis puesta que no tener nada.

Y los resultados dan fe de ello: en el caso de la vacuna de AstraZeneca, cuya segunda dosis en menores de 60 ha estado en el limbo durante semanas (ahora es posible recibirla siempre y cuando se firme un consentimiento previo) ya genera cerca de un 70% de protección en el inicio de la pauta.

76% de eficacia y ni rastro de hospitalizaciones

El pasado mes de febrero, AstraZeneca hizo públicos algunos de los resultados más relevantes de su inyección en la Fase III de investigación. Concretamente, la farmacéutica detallaba que su vacuna "confirma un 100% de protección contra la enfermedad" en situaciones de máxima gravedad, reduce las hospitalizaciones y es clave para evitar muertes.

En este sentido, una de las conclusiones más interesantes del estudio gira en torno a la primera dosis. Según AstraZeneca, la ahora denominada vacuna Vaxzevria tiene un 76% de eficacia en su primer pinchazo. Asimismo, los datos mostraron que los registro de pruebas PCR positivas se redujeron en un 67% (IC: 49%, 78%) después de una dosis única, y en un 50% (IC: 38% a 59%). "Esto respalda un impacto sustancial en la transmisión del virus", escribe la compañía.

Efectivamente, con una dosis se reducen las hospitalizaciones, las complicaciones por el virus, las muertes e incluso la transmisión. Un hecho que también ha recogido una prestigiosa revista científica, The Lancet, cuyos estudios dictaminan que la inmunogenicidad y eficacia de la vacuna siguen presentes en el primer uso.

"Los análisis exploratorios mostraron que la eficacia de la vacuna después de una sola dosis estándar de la vacuna desde, el día 22 hasta el día 90 después de la vacunación, es del 76,0%", publican los expertos científicos, coincidiendo con los datos proporcionados por AstraZeneca, los mismos a los que Sanidad ha hecho alusión a la hora de plantearse dejar a la población con una sola dosis.

Aun así, desde la farmacéutica recuerdan que dicha eficacia crece hasta el 82% con la segunda dosis. En cualquier caso, desde las farmacéuticas recuerdan que la mayor baza de la vacuna no es evitar la transmisibilidad de la enfermedad (a pesar de que lo consigan), sino reducir las muertes y las complicaciones por el virus. Así, los estudios son claros: la inyección de la vacuna es un seguro para salvar vidas.