Este miércoles, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) admitió un "posible vínculo" entre la vacuna de AstraZeneca y una serie de escasos trombos entre algunos pacientes que habían recibido la inyección. Pero las autoridades insisten, precisamente, en esto último: los casos son tan infrecuentes que, de 100.000 pinchazos, apenas uno registra consecuencias de este tipo.

Por el momento, diferentes miembros de la UE han optado por darle un vuelco a su estrategia de vacunación y variar la edad mínima con la que inocular las dosis del antídoto desarrollado por Oxford. Así, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Italia o Finlandia han establecido un rango de 55 años (en el caso del país belga) y de 60 en los demás. No obstante, tal y como apunta el ente europeo, todavía no se han confirmado los sucesos por grupos de edad, debido a que cada país ha seguido una estrategia diferente.

Es decir, "la edad, el sexo o antecedentes médicos de trastornos de la coagulación no son factores de riesgo, ya que se observan eventos raros en todas las edades y en hombres y mujeres", afirma la EMA. Ahora bien, el rastreo efectuado por la farmacovigilancia europea, así como la española, sí deja una conclusión clara: es extremadamente complicado que la inyección provoque síntomas graves.

1 caso de trombos por cada 100.000 inoculaciones

Según los datos de la EMA, hasta el 22 de marzo se detectaron 86 casos de trombos en la UE, con 18 fallecimientos. En cambio, hasta el 4 abril son 222 los casos confirmados, pero de un total de hasta 34 millones personas vacunadas. Es decir, según esta incidencia, solo se da un caso de trombos por cada 100.000 pinchazos (aunque desde Europa remarcan que esta puede variar en algunos países, según su capacidad de rastreo).

En este sentido, la directora general de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas, informó durante la rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles que "el balance beneficio-riesgo de la vacuna sigue siendo positivo". De hecho, en España los casos se pueden contar con los dedos de una mano, también por la baja frecuencia de la vacuna en comparación con otros países. En algunas ocasiones, Sanidad hasta ha descartado dichos casos con la vacuna, al no poder demostrar la causalidad.

Asimismo, según Lamas, "el beneficio de la vacuna ha sido demostrado en la prevención del COVID-19 y reducción de la hospitalización y muerte", aunque defiende la precaución con la que han actuado hasta ahora las autoridades sanitarias: “Pese a la poca frecuencia con la que ocurren es importante destacar la importancia del diagnóstico temprano”, destacaba.

España, Bélgica, Alemania, Países Bajos... cambios en el plan de vacunación

Tras la resolución de la Agencia Europea del Medicamento, diversos países han confirmado cambios en su estrategia de inmunización. La primera en hacerlo este miércoles fue Bélgica, que ni tan siquiera esperó al final de la reunión entre los ministros de Sanidad de la UE para determinar que pondría la vacuna anglo-sueca solo a partir de los 55 años de edad. Sin embargo, Alemania ya había optado antes por cercar los grupos a partir de los 60 años, una decisión a la que se ha sumado España (con un rango de 60 a 65 años, aunque este jueves se debate una posible ampliación hasta los 69), igual que los Países Bajos, Finlandia o Italia.

Por su parte, el Reino Unido —hasta ahora el país que más inyecciones de AstraZeneca ha puesto— ha confirmado que ofrecerá vacunas alternativas a las de esta compañía para menores de 30 años. No obstante, estas personas podrán decidir vacunarse con AstraZeneca, ya que su uso está más generalizado y la vacunación va más rápida. Además, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido tajante con respecto a las dudas sobre su eficiencia: "La vacuna es segura, efectiva y ya ha salvado miles de vidas. La mayoría de gente debería aceptarla cuando se la ofrezcan", recalcaba este miércoles.

De este modo, ante la falta de información en muchos casos (por ejemplo, para determinar si las mujeres tienen más riesgo ante la vacuna, algo que, como señalábamos, la EMA descarta por ahora), surgen multitud de incógnitas con respecto a los cambios en el proceso de vacunación.

En este sentido, Carolina Darias ha expresado que baraja la posibilidad de no poner la segunda dosis a los vacunados con AstraZeneca, ya que "el porcentaje de eficacia es del 70 por ciento solo con una sola dosis". Aun así, también ha propuesto otra opción, que pasaría por "ver estudios" que podrían "avalar la evidencia científica". En cualquier caso, se trata de una decisión que está "por determinar", según la dirigente", que también ha recalcado que hay que mantener la confianza en esta inyección, desarrollada por profesionales y sometida a fuertes procesos de control.