En el verano de 2013, el juez que investiga el caso Bárcenas se encontró con una sorpresa. Lo destacó el abogado de Bárcenas: "Un ordenador no tenía un disco duro". Fue tal la que se armó con esta declaración que los populares se vieron sobrepasados.

Intentaron salir del paso, aunque la tecnología no era su fuerte. "Ese ordenador no tiene ninguna salida para puerto USB. Por tanto, difícilmente puede ser origen de ninguna información", llegó a declarar Carlos Floriano, por entonces vicesecretario general de Organización y Electoral del PP.

El asunto llegó incluso la prensa internacional y se hizo eco. "Desconozco que se hayan destruido pruebas", dijo el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy en una entrevista. Con el paso del tiempo, el Partido Popular cambió la estrategia: admitió el borrado, pero, según afirmó María Dolores de Cospedal en 2016: "Se aplicó un protocolo nacional e internacional".

Borrado de los ordenadores de Bárcenas: todos los detalles del juicio al PP que no podrás ver televisado

El caso se archivó, luego se reabrió y el PP intento desacreditar a la magistrada. "Yo no soy técnico en informática. A lo mejor esa jueza sí, o su marido, o su hijo, o su primo hermano, que es de Izquierda Unida", afirmó la por entonces diputada del Partido Popular Celia Villalobos.

Pero ¿qué había en esos ordenadores? Habló quien los utilizó, Luis Bárcenas, en 2016: "Recibos de distintos escaneados, de distintos conceptos de pagos de la contabilidad B. La contabilidad B del PP es una realidad desde el primer apunte hasta el último". Sin embargo, el extesorero dio un giro y decidió retirarse de la causa. La oposición aseguró que tenía un pacto con el PP y utilizó el caso como munición.

"Se ha destruido el ordenador a martillazos", llegó a asegurar el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pero lo cierto es que no hubo tales martillazos: en el auto se habla de borrado drástico, sobreescritura 35 veces y rallado hasta su destrucción física.