Se sintió insultado y amenazado. Unos 300 policías municipales persiguieron al concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid durante 400 metros increpándole y pitándole. Javier Barbero ha pedido que se investigue si pudo cometerse un delito de incitación al odio.

Por su parte, el Partido Popular ha tardado muy poco en tirar de hemeroteca. Creen que, con esta acción, el concejal tomó de su propia medicina. "Probar de tu propia medicina a veces es lo mejor para no hacer determinadas cosas", ha señalado Fernández Díaz.

Barbero sabe lo que es participar en protestas. Al concejal se le pudo ver entre los manifestantes durante la toma de posesión de Gallardón, acordonado por la Policía Municipal. Precisamente, el concejal se queja de que durante su persecución no hubo ni rastro de la Policía Nacional.

Nada que ver con los enormes despliegues de efectivos vistos en los escraches a Gallardón, Jesús Posada o Saénz de Santamaría. Son algunos ejemplos donde se identificaron e incluso detuvieron a algunos escracheadores.

Sin embargo, la delegación del Gobieno niega las acusaciones y aseguran que la Policía Nacional no intervino porque consideraron que no existía un problema de orden público.