Las cargas en Girona y Terrassa tendrán consecuencias después de que el conseller de Interior, Miquel Buch, asegurase que la actuación de los Mossos ha sido desproporcionada: "Algunas de las imágenes que hemos podido ver todos no se acaban de ajustar a los principios de una policía democrática".

Desde Eslovenia, Quim Torra ha dado un últimatum de cuatro días a Buch para que haga cambios en la cúpula de los Mossos. "No podemos caer en las provocaciones de la extrema derecha con mala praxis y, si se tienen que hacer cambios, pues los hacemos", dijo el president.

Desde el sindicato policial califican las palabras de Buch de irresponsables y muy lamentables. Toni Castejon, del sindicato de Mossos d'Esquadra afirma estar "flipando" porque piensa que "no puede salir el consejero de Interior y sembrar la duda de la actuación policial".

Durante las cargas en Terrassa, una bala de foam alcanzó la mano de la diputada de la CUP, María Sirvent. Un día después, su grupo pide la dimisión de Buch en voz de Carles Riera, que pide que el Govern cese a Buch. Los socialistas apoyan al cuerpo policial afirmando que les parece "una gran irresponsabilidad que sea el propio gobierno quien ponga en duda la profesionalidad de los Mossos".

Mientras, Ciudadanos responsabiliza directamente a Torra porque piensan que "pretende hacer una purga en los Mossos d'Esquadra". "Es evidente que el señor Torra tiene abandonada más de la mitad de Cataluña para contentar a los CDR", piensa Lorena Roldán. Para el PP, la solución es aplicar de nuevo el 155 y "tomar el control de los Mossos.

Hay plazo hasta el martes para saber qué cambios habrá dentro de los Mossos d'Esquadra.